domingo, 17 de septiembre de 2006

Un año

Hoy, tengo un año al lado de mi mujer. El mejor año de mi vida. Ella está dormida de tanta champaña. Yo, muy ebrio. Somos felices, espero. Si no, igual ha sido el mejor anivesario de mi vida. El mejor día de mis 29 años.
Vaya un eterno salud para todos los que me han ayudado a ser quien soy: Andrea, Rodrigo, Andrés, Luis Pablo, Carlos, Dona, Mary, Bere, José, Memo, Ramón, Conchita, Graciela Monroy, Julieta, Eduardo, Mauricio, Luis Eduardo, Luciano, Patricia, Alfredo, Anwar, Gustavo, Marco, Brenda, Julia, Kiria, Héctor, Armando, Renate, Leonel, Rubén, Carlos, Sergio, Jorge Armando, Popito, Sofía, Emilia, Karla, Lucero, Guillermo Diego, Norma, Guadalupe Meza, Juan, Saul, Fermín, Norberto, Erika...
Pero sobre todo, vaya mi eterno amor a Pamela.
Gracias a todos. Aquí sigo. Aquí estoy. Los amo y los extraño.
Te amo cochinada.

lunes, 11 de septiembre de 2006

Hace un año

Estuve leyendo el blog de mi buen amigo Andrés. No cabe duda, ha estado inspirado. Le hizo re bien su viaje a la Costa Azul... me pregunto ¿a quién no le haría bien? Yo estoy contento por el.

Mientras, me doy cuenta de cuánto hemos cambiado y cuanto seguimos siendo los mismos. Hace ya tres años que lo conozco. Nos presentó una chica con la que entonces compartía (él) techo. A ella ya no la veo, no nos hablamos ni nos escribimos. Parece ser que esto es producto de mi neoarrogancia por el nuevo trabajo que me conseguí (yo que pensé que era nomás porque no coincidimos en nada) y porque mi mujer me tiene tan subyugado que no me permite tener relaciones con nadie más que no sea ella.

Este año ha sido dramático en cuanto a cambios. El viernes, que me fui a inscribir de vuelta a la carrera me di cuenta de ello. Estaba en el mismo cubículo donde hace un año salí triunfante con mi B en Marxismo, poniendo al día a mi ahora maestro de Formación Social Mexicana II.

Cuando salí de aquella "oficina" hace un año no tenía pareja. Mis planes se dividían en acabar la carrera y la peda del fin de semana. Vivía con mi abuela y mi primo con quien tendría que estar viviendo ahora. Ganaba la mitad de lo que percibo ahora y escribía una columna en la sección de Internet de un diario de circulación nacional. Me iba bien.

Hoy, vivo con una mujer a la que conocí hace un año. Trabajo en un periódico local con sucursales en 70 ciudades del mundo, gano el doble de lo que percibía el año pasado y no escribo más en ningún lugar. Tengo una deuda que equivale a cuatro veces mi sueldo de ahora y que nunca adquirí. Pago renta, luz, gas, super y me peleo cada tercer día con ella. Mis planes se modificaron en un 50%: acabar la carrera sigue siendo el objetivo. La peda del fin de semana ya no existe o porque no tengo dinero o porque prefiero dormir lo que no pude entre semana. Hace meses que no veo a mi abuela y con mi primo apenas si me hablo.

¡Qué cambio que me dio la vida! Ahora no sé si es mejor o peor que antes. Sé que no me incomoda del todo, aunque a veces extraño la oportunidad que, a los 28 años, tenía de seguir siendo un adolescente.