martes, 13 de mayo de 2008

Odio

Odio las mañanas con violencia, las noches de insomnio, el calor que no deja respirar, los barros que salen en cualquier parte del cuerpo. Odio los tres xantomas que me recuerdan mi irresponsabilidad cada mañana.
Odio, también, los cierres bajo presión. A las personas que creen que saben más que los demás y a las que creen que lo saben todo. Odio que me hablen mientras hablo por teléfono. Básicamente odio que me hablen cuando estoy haciendo cualquier cosa.
Odio mi capacidad para contarme historias, mi credulidad y transparencia.
Odio tener dos mil canciones en mi iTunes y escuchar siempre lo mismo.
Odio que me miren con enojo y no me expliquen porqué. Odio que me miren con enojo. Odio que me miren por el rabillo de la nuca.
Odio hacer lo que hago sabiendo que los demás hacen lo que quieren: tienen comidas, cenas y desayunos. Ven gente, platican y beben. Mientras yo sigo encerrado en mi pesera, día tras día, tras noche, tras día, tras noche. Y cuando por fin salgo de ella, nunca soy dueño de mi agenda. Lo odio.

1 comentario:

Rosalie Bombon dijo...

Excelente. odio mucho de lo que odias: vestirme igual, a pesar de mi closte, escuchar lo mismo a pesar de mi musica. Quedarme con lo minimo a pesar de la abundancia.
Me pone nerviosa, muy nerviosa. Sensación de invasión ...
¿Como va la guagua?