A mis espaldas un río interminab

Cruzando mi límite de cristal, afuera de mi pesera compartida, docenas de hombres y mujeres trabajan de sol a noche, todos los días, por hacer un gran periódico.
El desgaste es mucho. Y dicen que todo se paga en esta vida.
Yo supongo que mis muertos disfrutarán saber que mi soledad es cada vez más dolorosa, más angustiante y más implacable.
Me está pegando con tubo y no sé cuanto aguante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario