viernes, 15 de diciembre de 2006

Miserias

El partido cuyo líder mandó al diablo a las instituciones, desconoció al presidente que obtuvo más votos en la contienda electoral del 2 de julio, que acusa al Instituto Federal Electoral (IFE) y al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) de ser unos vendidos y corruptos; que chilla como chachalaca por los altos sueldos de los funcionarios; que ve en cada error suyo un complot de la ultraderecha; ese partiducho de caricatura, el Partido de la Revolución (?) Democrática (¡¿?!) rechazó la propuesta de Alternativa para que se le rebajaran 580 millones de pesos, de los 2 mil 899 millones proyectados por el Instituto Federal Electoral para el año 2007, a TODOS los partidos.
Son unos sinvergüenzas. Unos hipócritas sin decoro. No tienen madre. No resulta extraño que hayan sido justamente el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el PRD quienes impidieron la votación en el pleno de la Cámara de Diputados. Son la misma mierda.
Ahora resulta que, dijo el diputado del PRD, si les quitan el financiamiento a los partidos, se les obligaría a conseguir dinero ¡de manera legal o ilegal, para comprar espacios en radio y televisión!
Al más puro estilo franelero o limpiaparabrisas, Raymundo Cárdenas chantajea a la sociedad con ese argumento de quinta para evitar que le quiten dinero a su partido y a sus jefes.
Pero, ¿qué no estábamos muy peleados con la prensa vendida y los medios de comunicación de ultraderecha? O el PRD se piensa gastar toda su lana en La Jornada.
Es una pendejada de estos cabrones. No tienen madre, en serio. No merecen el registro como partido y deberían de estar tras las rejas, la mayoría de esa bola de miopes y enanos mentales, por daños a la nación.
Ya veremos. Al tiempo.
Por lo pronto, Marina Arvizu los encueró en la Cámara de Diputados y los muy mediocres se quedaron así, desnudos, enseñando sus miserias.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Cuestión de dinero

Hoy Alternativa Socialdemócrata sube al pleno de la Cámara de Diputados, un punto de acuerdo de obvia y urgente resolución (para ser votado ahí mismo), en el que propone reducir un rubro de las prerrogattivas que los partidos políticos recibirán en el 2007, y destinar el dinero a la educiación superior superior, a la ciencia y la tecnología.
El monto no es muy significativo, pero a estas alturas, los 530 millones que propone desviar la coordinadora de la bancada parlamentaria del nuevo partido, le caería como agua fresca a la investigación científica, tan vapuleada en el proyecto de Presupuesto de Egresos del presidente Calderón.
En este país, no hay peor pecado que tratar de cambiar el status quo y más cuando se trata del dinerito que cada año se embolsan los partidos políticos, esos entes desaliñados que ordeñan el presupuesto como si sirvieran de algo.
Por eso, la guerra sucia en contra del PASC ha comenzado, si es que alguna vez se detuvo. En Crónica, el "afamado" y "respetado" columnista Leopoldo Mendívil, hace roña en favor de quien sabe quién y, sin datos duros que lo comprueben, acusa a Alternativa Socialdemócrata de manejar sus "millonarias" prerrogativas como lo hiciera en el pasado el tristemente célebre Partido de la Sociedad Nacionalista (ese al que el PRD le regaló su registro en 2000, en la dudosa alianza que impulsó la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas).
Afortunadamente para el PASC, los "torpedos" que le están lanzando, son del tamaño de este tipo de columnistas, por lo que preveo que el daño será infinitamente menor al que, por ejemplo, los jefes de este señor Mendívil, le inflingen al erario y a la nación, con su simple existencia. Y es que el PRI, el partido de Estado que continúa vivo gracias a la tremenda incapacidad política de Vicente Fox, sería el más afectado con el recorte propuesto por Alternativa.
Hoy, Marina Arvizu va a encuerar a los partidos tradicionales. Ellos, pueden asumir su papel de representantes populares y votar a favor de la propuesta o hundirse más en el fango de sus corruptelas. En cualquiera de los dos escenarios, el PASC gana y PAN, PRI, PRD, PVEM, CD, PT, PANAL y México, pierden.
Aunque eso sí, que se preparen en el nuevo partido, porque veremos a más "renombrados" columnistas, prostituir sus espacios para hacerles el caldo gordo a los corruptos de siempre.

viernes, 8 de diciembre de 2006

¡Al Diablo!

Es terrorífico lo que está pasando con nuestra clase política en general y con las instituciones que las sostienen. Estar de acuerdo con el discurso lopezobradorista es sumamente complicado, particularmente porque el origen y la meta de éste, es fundamentalmente contrario al objetivo que presentan sus defensores.

Mandar al diablo las instituciones representa el simbolismo básico e infantil de un grupo liderado por un individuo que busca socavar los cimientos del tortuoso y rebuscado contrato social mexicano, para convertirse, por si mismo, en la encarnación de uno nuevo, que no renovado.

Andrés Manuel López Obrador y sus seguidores, autoerigidos en “la izquierda mexicana”, son solo un rostro distinto disfrazado de lo que ellos creen que es ver por los más pobres y los que menos tienen y los oprimidos y todo eso, pero igual de depravado, corrupto, elitista, hipócrita y desfachatado que los demás integrantes de la clase política nacional.

El problema, finalmente, radica en el intrincado entramado del tejido social mexicano. Es lamentable ver el comportamiento de las élites y su permanente desprecio por los individuos de a pie, pero igual de triste voltear a ver esos “ciudadanos” siempre dispuestos a vender su chantaje al mejor postor, todo, en la moneda de cambio de nuestra fantasmagórica democracia: los votos.

La crisis que vivió el Estado Mexicano, que inició a mediados del sexenio foxista y terminó el pasado 31 de noviembre, es el reflejo de la descomposición y putrefacción de los hilos que sostenían la frágil naciente democracia mexicana. Me da la impresión de que esos hilos han dejado de existir.

Y que el trancazo que producirá la caída libre en la que se encuentra el sistema político mexicano no va a ser evitada por absolutamente nadie, particularmente porque pareciera que todos están más ansiosos por encontrar al culpable de haber cortado el último hilos.

Este escenario catastrofista no es, sin embargo, demasiado irreal.

El deplorable espectáculo ofrecido en la Cámara de Diputados antes de la toma de posesión del presidente Calderón, es solo un reflejo de esta catástrofe.

Los encargados del diálogo y los acuerdos que sirvan a todos los mexicanos, son un atajo de golpeadores que se la pasan tratando de tapar el sol con un dedo, metáfora encarnada en un spot de televisión que mantienen esquizofrénicamente al aire.

Pero la responsabilidad no es de ellos, sino de los millones de ciudadanos que siguen empecinados en mantener en el poder a una camarilla de hipócritas, que lo mismo se ponen etiquetitas azules (como las que lucían los diputados del PAN), que moñitos tricolores u ondean banderitas mexicanas. Son esos a los que hay que desterrar de los lugares donde se toman las decisiones.

Pero para desterrarlos habría que educar a millones de mexicanos que no están más interesados en la crisis institucional que vive su República, de lo que puedan llegar a estar en el Teletón de Televisa o alguno de los ridículos concursos de TV Azteca.

Lástima. Porque podemos mandar al diablo todas las instituciones que queramos, como ya lo hizo el nuevo líder del salinismo, pero cuando despertemos de nuestros sueño húmedo de democracia o revolución, nos daremos cuenta de que las instituciones hace rato que ya no existían.