miércoles, 14 de enero de 2009

¡Ay Calderón!

El problema con la derecha es que su "ideología" -lo que sea que, en su caso, esto quiera decir- conduce a callejones sin salida.

Ejemplo dramático (por lo que nos toca a los mexicanos):

Un gran porcentaje de personas que fallecen en enfrentamientos entre grupos criminales en México y que provocan desde luego la mayor atención de la sociedad y de los medios de comunicación son particularmente jóvenes y jóvenes que están totalmente desarraigados de un núcleo familiar, son adolescentes y jóvenes que se formaron en la carencia absoluta no sólo de valores familiares sino de familia misma.

Esto lo dijo el mismísimo presidente Felipe Calderón, al inaugurar el Encuentro Mundial de las Familias convocado por la Iglesia Católica (o sea que ni es tan mundial porque dejó fuera a dos tercios de la población que no es católica, ni es de todas las familias cuando la oligarquía católica rechaza el divorcio -salvo que se trate de un expresidente mexicano- y no acepta alineaciones familiares que no sean las que ellos deciden).

Hay tres problemas en esto:

Problema número uno.- ¿Qué hace el presidente inaugurando un evento religioso? ¿Por qué no acude a eventos similares de la grey judía o de la cristiana o del islam? Si nuestro primer mandatario se alinea de manera tan contundente con el cardenal Rivera ¿debemos suponer que la guerra de Reforma se perdió 150 años después?

Problema número dos.- La declaración en sí misma encierra un falsa premisa que, viniendo de quien viene, no solo preocupa, sino que aterra. La premisa es: Aquellos individuos que crecieron alejados de un entorno familiar tradicional -papá, mamá e hijitos (el presidente no puede estarse refiriendo a otro, dado el contexto en el que pronunció su discurso)- se convierten en criminales. Le buscó y le rebuscó. Quienes le escribieron el discurso le dejaron algunas salidas para defenderse en caso de que la mal llamada izquierda mexicana ponga el grito en el cielo, pero el espíritu de su declaración es ese y refleja una muy peligrosa ignorancia. Porque aquí subyace la eterna discusión que se resume en algunas preguntas: Cuando los individuos crecían en entornos familiares más tradicionales ¿no había crímenes? Los integrantes de la Santa Inquisición ¿eran todos huérfanos? El padre Marcial Maciel, ese que violaba niños ¿no creció en un ambiente familiar tradicional? O, peor ¿violar niños no es un crimen?

Problema número tres.- La mal llamada izquierda mexicana está tan preocupada por repartirse las curules del congreso, el presupuesto y, en algunos lamentables casos, por mantener su registro, que dudo que vayan a reaccionar de manera contundente y efectiva a esta falta de inteligencia emocional presidencial.

Estamos perdidos.

(Foto: RODOLFO ANGULO/CUARTOSCURO)

No hay comentarios.: